LAS 4 CARAS
Un enfoque gestáltico y simbólico del viaje heroico.
Con Amós Vásquez
Indicado para personas en proceso terapéutico e interesadas en la búsqueda interior.
La concepción de este taller es eminentemente holística y transpersonal. La dinámica grupal es fundamental en esta experiencia así como diversas herramientas expresivas: pintura, escritura, movimiento, danza, rolplaying, meditación, etc. que serán vías de experimentación y autodescubrimiento.
Las cuatro caras del héroe es el taller creado por Paco Peñarrubia en el que aborda su modelo de trabajo gestáltico simbólico y que yo en este momento tengo el honor, privilegio, responsabilidad y gusto de seguir transmitiendo. Un taller que como él ha descrito[1], empezó siendo un enfoque gestáltico de la creatividad, enfatizando lo que tienen de artístico y creativo las técnicas gestálticas, así como una concepción de la creatividad que no tuviera que ver con el ‘Arte’ en mayúsculas ni con el estereotipo de la originalidad a toda costa, sino con la esencia gestáltica de ser uno mismo.
Haciendo historia, el germen de este taller, data de los primeros años 80 en una escuela de salud en verano que tenía lugar en Formentera. En todo este tiempo Paco ha ido incorporando aportaciones de su propia cosecha así como de otros a los que da reconocimiento por ello en el capítulo de su libro donde expone este trabajo de manera sucinta aunque pormenorizada (‘Terapia Gestalt. La Vía del Vacío Fértil’, en la edición publicada en 1998): Michel Katzeff , Antonio Asín, Albert Rams y Claudio Naranjo están, de alguna manera, presentes en lo que ha sido la creación de este abordaje gestáltico simbólico.
El esquema del taller es circular, configurado por varios cuartetos que se distribuyen en cada punto cardinal como veremos en el siguiente esquema. Organizado todo ello dentro de una experiencia vivencial, en grupo intensivo, haciendo un recorrido de autodescubrimiento por estas cuatro caras del héroe o aspectos individuales a la vez que universales.
La circularidad alude a la noción de ciclo, a través de los cuales, el héroe va haciendo su viaje. El círculo es el símbolo por antonomasia de un ciclo, a la vez es una imagen en la que no hay principio ni final. El circulo de la vida donde transcurren las estaciones del año y donde transcurre también la eternidad. La fuente y el destino, muerte y renacimiento. El círculo, dice Jung, expresa la totalidad de la psique en todos sus aspectos, incluida la relación entre el ser humano y la naturaleza. Podemos decir que cada ciclo en este abordaje representa una oportunidad de aprendizaje que nos lleva del ámbito de la circunferencia del círculo (creatividad: ser esto y su contrario), al centro (arte: ser uno mismo).
La serie de cuartetos que se proponen en este trabajo son:
Los cuatro elemento: tierra, agua, fuego y aire, con que los primeros filósofos trataron de explicar el universo.
La visión holística de la gestalt que concibe al ser humano como la interrelación del cuerpo (sensación), emoción, intelecto y espiritualidad.
Los cuatro oficios mitológicos: agricultor, navegante, guerrer@ y guía como figuras arquetípicas para explorar cuatro aspectos del individuo a la manera de polaridades gestálticas con las que jugar creativamente.
Los cuatro primeros chakras.
Los mecanismos neuróticos y su reconversión creativa en términos de tradición, conocimiento, disciplina y trascendencia.
A lo largo de cuatro días tiene lugar un proceso de exploración de cada uno de estos cuartetos donde se transmite una enseñanza que conjuga los varios elementos que la conforman y así, vamos entendiendo cuánto de la terapia gestalt y su filosofía de vida está presente en la simbología de los cuatro elementos y en el viaje del héroe, ilustrado también a través de algunas de las narraciones memorables de todos los tiempos que son los mitos.
El acceso a cada uno de los cuatro ciclos es diferente, es distinta la puerta de entrada. En cada una de estas entradas el participante transita la periferia de su circunferencia sumergiéndose en su dimensión creativa desde el reconocimiento y despenalización de su mundo interno y de su neurosis. Las distintas vías artísticas que se proponen sirven a este propósito para ir encauzando la experiencia desde la periferia hasta el centro de la circunferencia, el origen donde nace el río que es a la vez el océano donde desemboca, que es también, la dimensión contemplativa donde uno se puede encontrar con su arte. Este proceso de periferia – centro – periferia se da en cada uno de los cuatro ciclos del taller.
Los cuatro oficios mitológicos son presentados como arquetipos universales, maneras de ocupar el lugar propio en un mundo compartido, y que expresan también una manera de hacer el camino de la búsqueda. Cuatro maneras de estar en el mundo que son a la vez cuatro maneras de acercarnos al misterio.
El proceso del viaje interior o la única búsqueda[2] ha sido descrito y expresado a través del mito del viaje del héroe. Los mitos son mapas de este viaje universal y tienen según Joseph Campbell[3] cuatro funciones: mística, cosmológica, pedagógica y sociológica. Tienen también los mitos otros tantos niveles de lectura (literal, moral, alegórico y anagógico) según nos recuerda Naranjo. Y podemos decir, parafraseando a Huxley[4], que el mito permite el ayuntamiento en una sola unidad expresiva de todo un conjunto de partes diversas, incluso en apariencia inconmensurables e incompatibles de nuestra existencia. Las aglutina y las expone unitariamente como un todo indisoluble, exactamente tal y como las experimentamos.
Durante el taller se va plasmando una reflexión simbólica suscitada por la enseñanza impartida, a través del trabajo grupal experiencial, utilizando sistemáticamente herramientas de la arte-terapia (pintura, escritura, arcilla…) de la danza y el movimiento, de la música y la voz…, y donde, como apunta Paco Peñarrubia, la vivencia del cuerpo se amplía y afina, la emoción encuentra cauces más fluidos para expresarse y el intelecto desarrolla vías analógicas que liberan el potencial poético-intuitivo. La espiritualidad no es algo separado sino la síntesis de lo anterior, el aroma y la armonía que impregnan los momentos de completud, a veces a través de la meditación y las ceremonias, a veces en la acción más insignificante y en la relación con los otros. La exploración de cada uno de los cuatro ciclos que conforman este taller implica un viaje que se hace acompañado a la vez que es individual y hacia dentro donde la polaridad contacto-retirada está muy presente.
Mi experiencia con este trabajo cuando lo hice en 2002 como participante por primera vez con mi grupo de formación fue la de entender de manera cabal la polaridad dionisíaco-apolínea de la gestalt y de la búsqueda espiritual. Hasta entonces había leído por aquí y por allá, y me había acercado a través de la formación en gestalt que entonces hacía, pero fue en este taller donde la comprensión no sólo fue de cabeza, también de cuerpo y emoción. Y en ese sentido entender el aspecto espiritual en esta polaridad me permitió entender cómo había sido mi camino de búsqueda hasta aquel momento, donde había bebido más en las fuentes del Guerrero y del Agricultor, buscando siempre una guía a la que admirar y que me diese reconocimiento. Y apenas conocía las aguas del Navegante en las que poco a poco me he ido sumergiendo cada vez más. Reconocer con rotundidad la importancia de cada uno de los cuatro aspectos en la búsqueda fue otra de las joyitas que me llevé como cosecha.
Luego he vuelto a hacer el taller como tutor de grupo de formación (2009) y desde 2012 ya como colaborador de Paco en este trabajo, impartiéndolo cuatro o cinco veces al año. Me sigue sorprendiendo la capacidad que tiene para seguir iluminando aspectos de la dificultad en mi camino, o para profundizar en la comprensión del proceso terapéutico y de la búsqueda espiritual.
Agradezco a Paco Peñarrubia la responsabilidad de continuar la transmisión de este trabajo tan especial para mi a través de la vía del vacío fértil. De él he aprendido a mirar con los ojos del corazón los procesos y avatares del héroe. Y sigo aprendiendo también la fe organísmica que se manifiesta de manera sencilla y profunda, y que se expresa como una sabiduría compasiva que ilumina los pasos de aquellos que están cruzando el puente hacia sí mismos.
[1] Ibidem. 246.
[2] Son también los títulos de dos de los libros de Naranjo donde se ocupa del asunto con su inherente sabiduría y elocuencia.
[3] CAMPBELL J. ‘El poder del Mito’. Emece editors. 1988
[4] HUXLEY A. ‘Sobre la divinidad’ pag. 253. Ed. Kairós. 1999.